Preparar una oposición es una carrera de fondo que requiere esfuerzo, constancia y regularidad.
En cuanto a la planificación del tiempo, es fundamental determinar cuántas horas vamos a poder dedicar por día al estudio y organizarnos en base a ello. Establecer nuestros períodos de descanso también es importante. Hay quien puede estudiar varias horas sin descansar y quien necesita descansar cada hora. Estos descansos tienen que ser cortos y no debemos realizar durante los mismos tareas que nos fatiguen aún más. Parar para comernos una manzana en el patio estaría muy bien. Parar y que te pongas a hacer una sopa de letras es ¡¡¡para matarte!!!
No te pongas objetivos que no vas a poder cumplir pues lo único que te provocarán es ansiedad, sentimiento de culpabilidad y terminará siendo la causa de que abandones la preparación. Eso sí, el horario de estudio y descansos que nos establezcamos debemos considerarlos como si fueran los de nuestro trabajo. Esto quiere decir que tendremos que cumplirlo sí o sí. Igual que no podemos llegar tarde al trabajo porque esa mañana nos hemos levantado cansados, lo mismo tendremos que hacer con el estudio. Si algún día no podemos, por causa de fuerza mayor (algo muy gordo…), cumplir con nuestro horario de estudio, tendremos que recuperarlo como sea. De esta forma, si nos es muy gravoso recuperar el estudio perdido (por ejemplo porque tenemos que restárselo a nuestra mañana o nuestra tarde semanal de descanso) no nos interesará romper con nuestro horario habitual. Sólo con una férrea disciplina podremos conseguir el hábito de estudio imprescindible para abordar con éxito la preparación de unas oposiciones. Si es necesario, o estamos muy deshabituados, podemos empezar dedicando menos horas para ir incrementándolas poco a poco conforme vayamos adquiriendo la disciplina necesaria y el hábito de estudio.
En cuanto a la planificación del tiempo, es fundamental determinar cuántas horas vamos a poder dedicar por día al estudio y organizarnos en base a ello. Establecer nuestros períodos de descanso también es importante. Hay quien puede estudiar varias horas sin descansar y quien necesita descansar cada hora. Estos descansos tienen que ser cortos y no debemos realizar durante los mismos tareas que nos fatiguen aún más. Parar para comernos una manzana en el patio estaría muy bien. Parar y que te pongas a hacer una sopa de letras es ¡¡¡para matarte!!!
No te pongas objetivos que no vas a poder cumplir pues lo único que te provocarán es ansiedad, sentimiento de culpabilidad y terminará siendo la causa de que abandones la preparación. Eso sí, el horario de estudio y descansos que nos establezcamos debemos considerarlos como si fueran los de nuestro trabajo. Esto quiere decir que tendremos que cumplirlo sí o sí. Igual que no podemos llegar tarde al trabajo porque esa mañana nos hemos levantado cansados, lo mismo tendremos que hacer con el estudio. Si algún día no podemos, por causa de fuerza mayor (algo muy gordo…), cumplir con nuestro horario de estudio, tendremos que recuperarlo como sea. De esta forma, si nos es muy gravoso recuperar el estudio perdido (por ejemplo porque tenemos que restárselo a nuestra mañana o nuestra tarde semanal de descanso) no nos interesará romper con nuestro horario habitual. Sólo con una férrea disciplina podremos conseguir el hábito de estudio imprescindible para abordar con éxito la preparación de unas oposiciones. Si es necesario, o estamos muy deshabituados, podemos empezar dedicando menos horas para ir incrementándolas poco a poco conforme vayamos adquiriendo la disciplina necesaria y el hábito de estudio.
Tú sólo estudia.